sábado, 2 de fevereiro de 2013

ATRAPADO EN LA RED



Era un hombre de tranquilidad, rutina y soledad; tres cosas que le impidieron casarse, pues, pensó que el lidiar con una mujer, con seguridad le impediría mantener estos tres grandes deseos suyos. Se consideraba en un edén, su vida se componía de ir a su trabajo, regresar a casa para ingerir alimentos y disfrutar de la televisión. Nada alteraba su mundo, no lo permitía.
Cuando la empresa compró las computadoras y las conectaron a Internet, pensó que eso no era para él. Seguiría con su vieja máquina de escribir y su anacrónica sumadora, pues, no había querido ni usar las calculadoras. Se decía para sí que le era difícil a un perro viejo aprender un juego nuevo.
Pero sus compañeros lo instaron a introducirse en el mundo de las máquinas y su jefe se lo exigió.
Debía recibir cursos y hacer entrenamientos. Al principio lo hacía con ira, pues, le disgustaba el que hubieran alterado su rutina. Pero pronto fue como si le hubieran inyectado una droga en las venas, que le hacía ansiar solo estar ante la máquina y ya no se concebía alejado de ella.
Se acostumbró regularmente a quedarse más tiempo en el trabajo, para pasarlo con las teclas y el mundo de la red. Comía cualquier cosa y ya tarde se iba a la casa.
Había desterrado su afición a la televisión y ocupaba ese tiempo en pensar en nuevas rutas en las cuales navegar. Muchas noches soñaba que montado en un “mouse” gigante con alas se introducía en la máquina y vivía durante estos sueños en el ciberespacio de letras, símbolos, imágenes y números.
Sus compañeros se burlaban de él, lo llamaban “el hombre máquina”,  “el enfermizo internauta” y otras cosas por el estilo.
Ante estas burlas comenzó a reaccionar violentamente, ahora veía en sus compañeros a enemigos, ya no compartía con ellos, estaba convencido de que querían despojarlo de su gran tesoro.
El psiquiatra le diagnosticó síndrome de adicción a la computadora y ordenó su incorporación a un grupo de ciberadictos anónimos.

Sobre a autora:
 Yolanda Marta Cañizares Martínez, escritora, profesora jubilada de Español y Literatura (Universidad Central de Las Villas, Cuba), Maestra Primaria y Bachiller en Letras. Trabajó durante treinta y ocho años dando clases en los niveles de Secundaria Básica, Preuniversitario, Tecnológico y Facultad Obrero-Campesina.
Participación en concursos y publicaciones: Concurso Internacional de Minicuentos “El Dinosaurio” 2006 (Cuba). Cuento: Desengaño, publicado por el Centro Onelio Jorge Cardoso en la antología de cuentos “Nota de prensa y otros minicuentos”, presentado en la Feria Internacional del Libro de La Habana 2008 (Cuba); Cuento: Desengaño publicado en la revista cubana Mujeres, número 2 de 2009 en el artículo “Minicuentos de narradoras cubanas”; Premio en Concurso Teodoro Cabrera de la Casa de la Cultura en Santiago de las Vegas (La Habana, Cuba), en 2010; Premio en Concurso Teodoro Cabrera de la Casa de la Cultura en Santiago de las Vegas (La Habana, Cuba), en 2011; Concurso Internacional de Minicuentos “El Dinosaurio 2011” (Cuba). Cuento: “Inoportunamente”. Mención.



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